"Antes de que llegaran nuestros hermanos blancos a civilizarnos, no teníamos ninguna clase de prisiones. Debido a esto, no teníamos delincuentes. Sin prisiones no puede haber delincuentes. No teníamos cerraduras ni llaves y por tanto entre nosotros no había ladrones. Cuando alguien era tan pobre que no podía adquirir un caballo, una tienda o una manta, lo recibía como regalo. Éramos demasiado incivilizados para dar importancia a la propiedad privada. No conocíamos el dinero y en consecuencia, el valor de un ser humano no estaba determinado por su riqueza. No teníamos leyes escritas ni abogados ni políticos, por lo tanto, no podíamos hacer trampas y tranzarnos unos a otros. Estábamos en mala situación antes de la llegada del hombre blanco y no sé explicar cómo le hacíamos sin estas cosas fundamentales que (según nos dicen) son tan necesarias para una sociedad civilizada."
—John Fire Lame Deer
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